Una pareja de Hooks, en Texas, fue denunciada por un vecino después de que no dejaran entrar a casa a su hijo de apenas siete años. ¿La razón? La madre, Rendy Jo Wright, y su pareja, Ronald Wright, dijeron que el menor estaba “poseído por el demonio”.
El vecino explicó a la policía que el niño había pasado la mayor parte del día en su casa, situada a unos 800 metros de la residencia de los Wright. Después de estar jugando todo el día con su hijo, le dijo al pequeño que era hora de volver a casa. Unos 10 minutos más tarde, volvió llorando y explicando que sus papas no lo dejaban ingresar a su hogar.
El hombre, creyendo que los Wright podrían no estar en casa, lo acercó con el auto de nuevo a su hogar y encontró a Ronald Wright cortando el pasto. Ahí lo dejó. 10 minutos más tarde, el niño volvió llorando y dijo que tanto su madre como su padrastro le dijeron "que se fuera y nunca volviera a esa casa".
En ese momento, el vecino llamó al 911, que rápidamente fue a la casa de la pareja. Los padres explicaron a los agentes que un párroco les había dicho que su hijo estaba “poseído”, algo que la madre y su pareja creyeron porque siempre “se portaba muy mal”.
Debido a su dudoso comportamiento los policías le preguntaron a los Wright si estaban bajo los efectos de la metanfetamina, algo que negaron, aunque luego reconocieron el uso habitual de esta droga.
Ambos fueron detenidos bajo fianza de 35.000 dólares cada uno y enfrentan cargos por abandono infantil, lo que tiene una pena de entre dos y diez años de cárcel.