Brasil, reconocido como un país pionero en la lucha contra la propagación del VIH, comenzó a vender en farmacias un “auto test” de detección del virus del Sida. Convirtiéndose así en el primer país de Latinoamérica en comercializar este tipo de exámenes.
Este test, aprobado por la Agencia Nacional de Vigilancia Sanitaria (Anvisa), permite al usuario saber si es portador del virus, en país de más de 200 millones de habitantes donde la población suele mostrarse reticente a acudir a centros de diagnóstico.
De hecho un 20% de los portadores de VIH en Brasil ignoran que son seropositivos, el problema surge debido a que muchos brasileños no se hacen la prueba en el hospital, por pudor o por miedo a ser víctimas de discriminación.
Desarrollado por la empresa local OrangeLife, el test “Action” funciona con la colecta de una gota de sangre que, mezclada con un producto reactivo, permite detectar anticuerpos que señalan una exposición al VIH, el virus del sida.
Con un precio de entre 60 y 70 reales (entre 18 y 21 dólares), el resultado del examen se conoce en 20 minutos: una barra y la persona es seronegativa, dos barras y es seropositiva.
Para sus creadores, la prueba es fiable al 99,9%, una tasa que supera a la que se realiza a partir de la saliva y se comercializa en Estados Unidos.