No es un gran escándalo de corrupción, pero sí una cuestión de tino”, agregó Precht, quien insistió en que las asignaciones deberían ser analizadas por “un órgano externo al parlamento, mucho más técnico”.
Cabe consignar que en 2016 la cámara de diputados gastó $389 millones en 788 líneas ligadas a asesores.