A finales de los años 70 muchas organizaciones psiquiátricas dejaron de calificar la homosexualidad como un trastorno mental. Durante décadas, esta orientación fue "tratada" con métodos que iban desde el uso de drogas, la castración química o el electroshock.
Aunque los tiempos han cambiado, muchos grupos religiosos en el mundo aún tienen instalaciones que buscan "curar" la homosexualidad y la transexualidad. Un ejemplo es Ecuador, según denunció la fotógrafa de ese país Paola Paredes.
"Hace cuatro años una amiga me contó acerca de estas clínicas que tratan de convertir a las personas gay y a los trans, y en ese momento aún no había salido del closet ni le había dicho nada a mis padres", relató Paredes.
La fotógrafa realizó una investigación a fondo: entrevistó a varias mujeres que habían sido víctima de abusos en estos sitios y también visitó una de estas clínicas, con una cámara escondida. Para graficar lo que ellas vivieron, publicó Until You Change, un proyecto fotográfico con el que recrea las torturas a las que fueron sometidas mujeres lesbianas y trans en su país.
Violaciones "correctivas", agresiones de todo tipo y el uso de maquillaje a la fuerza son algunas de las prácticas que quedan al descubierto.