Diego Polino es un mexicano que dedica su vida a las maratones, correr es su pasión, pero no lo hace como todo el mundo, él corre para atrás.
En un artículo para El País el atleta declaró: “Empecé a correr como todos, pero un día, como juego, me dio por correr marcha atrás. Poco después me di cuenta de que no solo esa forma de avanzar de espaldas la practicaba más gente, sino de que hasta había una federación específica que organizaba un campeonato del mundo en Inglaterra...”.
Sí, porque Polino no es el único que practica este estilo, la gente que corre para atrás son conocidos como retrorunners, y el ir de espaldas tiene una serie supuestos beneficios como: menor impacto en las articulaciones y un aumento del 30%-40% de calorías quemadas en el ejercicio. Aunque estas ventajas no están comprobadas científicamente, Polino defiende su estilo argumentando: “Yo me lesiono menos y sufro menos dolores que cuando corría normal”.
“En el mundo seremos 28.000 retrorunners registrados, pero en todo Guadalajara soy el único que lo hace y es normal que llame la atención, y me llaman loco, pero también me animan y me jalean”, dice el atleta.
“Corriendo así, viendo a los demás venir de frente”, dice, “veo el mundo diferente. Veo todo al revés. Cuando viajamos en la vida dejamos todo atrás, y no siempre en la vida el futuro está delante. Corriendo así, avanzo sin perder la perspectiva, viendo siempre de dónde vengo, de lo que he visto. No me olvido de lo que soy”.