Un fallecido médico holandés utilizó durante décadas su propio semen para inseminar a cientos de mujeres que acudían a su clínica de fertilidad. ¿Por qué lo hacía? Según él, "por el bien de la humanidad".
Jan Karbaat murió a los 89 años en abril pasado, pero las pruebas de ADN que le realizaron con la ayuda de sus hijos brindaron un resultado contundente: es “casi seguro” el padre de al menos 18 hijos concebidos en el centro.
Actualmente otras 25 personas tienen dudas, y el próximo 2 de junio los tribunales de Holanda les otorgarían la posibilidad de analizar muestras genéticas del muerto, lo que saldaría la incertidumbre.
Varios de los denunciantes tienen un llamativo parecido con Karbaat, como Joey Hoofdman, un hombre de unos 30 años, rubio, con pómulos y boca pronunciada.
Según el propio médico, alrededor de unas 6.000 mujeres pasaron por su clínica y logró engendrar más de 10.000 hijos.
Tras las denuncias, el diario El País sostiene que algunas mujeres que habían acudido a las instalaciones aseguraron que antes de iniciar el proceso, el doctor “iba a buscar semen fresco”.