David Bowie fue uno de los grandes ganadores de la última entrega de los premios Grammy, tras imponerse en cinco categorías gracias a su álbum Blackstar.
El Duque Blanco logró tras su muerte algo que le había sido esquivo durante toda su prolífica carrera: lograr un gramófono dorado en categorías musicales, ya que los anteriores premios que recibió fueron a Mejor Video —por "Jazzin for Blue Jean" en 1985— y el Grammy Honorífico, que le fue concedido en 2006.
Tras el reconocimiento, el hijo de Bowie, el cineasta Duncan Jones, no escondió su felicidad y le dedicó un emotivo mensaje a su padre.
"Estoy muy orgulloso de ti, te tendría en mis brazos por siempre", escribió el realizador en su cuenta de Twitter, junto a una foto cargando a su progenitor.