De seguro más de alguno ha tenido problemas a la hora de echarle ketchup a papas fritas, hamburguesas o un hot dog, sobre todo si el condimento está en una botella.
Salpicaduras, manchas o dosis mayores a las deseadas pueden terminar arruinando lo que prometía ser una comida apetecible, todo por el ketchup. Por ello, un grupo de científicos de la Universidad de Melbourne quisieron dejar atrás las luchas con el aderezo y determinaron cuál es la mejor forma de servirlo.
"Lo primero que hay que aclarar es que la salsa de tomate no es un líquido. Es un sólido blando y sólo se mueve cuando se le aplica la cantidad de fuerza correcta", explicó Anthony Stickland, uno de los encargados del estudio, a la BBC.
El buen servir del ketchup, según los especialistas, tiene tres pasos: el primero es agitar el contenido de la botella para que los contenidos sólidos se mezclen con los acuosos y así tener un flujo más suave de la salsa. Luego se debe voltear la botella, y finalmente está el paso clave: inclinar la botella en un ángulo de 45 grados, y darle suaves golpes en la parte de abajo.
"Por lo general, la mayoría de los problemas al servir salsa de tomate ocurren cuando no queda mucho contenido dentro del envase. Estos tres pasos pueden ayudar a que se sirva lo que resta sin causar tanto desastre", afirmó Stickland.