Justo en la semana en que los alemanes celebran el 27 aniversario de la caída del muro de Berlín, un nuevo muro de cuatro metros se levanta en un barrio residencial en Múnich. Se trata de una construcción que se ha armado para dividir a los 55 mil vecinos del sector de un albergue para refugiados.
La historia del proyecto comenzó en 2014 cuando los habitantes de Neuperlach, zona ubicada al sudeste de Múnich, se enteraron que sus nuevos vecinos serían 160 menores no acompañados que habían sido recibidos por el país germano. La medida fue mal recibida y seis vecinos colindantes al terreno en cuestión presentaron una demanda ante un tribunal administrativo, apelando a la contaminación acústica.
El político independiente Guido Bucholtz, quien denunció este hecho, señaló al diario Bild que es “un símbolo de exclusión” y agregó que "El muro, tal como se erige ahora, lo deja a uno de piedra y es lo contrario de lo que entiendo por integración”. Los vecinos, denuncia, no sólo exigieron una altura para el muro, sino que reclamaron además que fuera construido de tal manera que resultara imposible escalarlo o lanzar una pelota contra él, por lo que se optó por una pared de gaviones (piedras con una malla de metal).
Mientras que uno de los demandantes del barrio se defendió de las acusaciones y dijo que no tiene "nada en contra” del centro de acogida, porque la ciudad "en algún lugar tiene que albergar a esta gente”. "Pero 160 personas harán un ruido considerable y nosotros queremos poder continuar viviendo aquí con tranquilidad. Si se hubiera tratado de un polideportivo también habría recurrido”, asegura.
Independiente de las razones que entreguen los vecinos sus cuatro metros convierten al muro de Neuperlach en una barrera hasta 40 centímetros más alta que el propio muro de Berlín, un hecho que no deja de ser simbólico.
¿Qué piensas tú? ¿Un acto de intolerancia y exclusión o los vecinos estaban en su derecho? A continuación te dejamos un video que muestra esta polémica construcción.