"Llegando de su casa del trabajo un día, una madre es saludada por su hijo menor, que ha estado esperándole para contarle sobre los payasos que escuchó susurrando vagando por los bosques cercanos a su condominio de departamentos. Inicialmente, la madre asume que su hijo está contándole una loca fantasía, hasta que su hijo mayor confirma el reporte, clamando que lo que él escuchó fueron cadenas golpeando y arrastrando en la puerta de enfrente".
Con este relato, inicia la revista Rolling Stones uno de los fenómenos más espeluznantes que se han vivido este año en Estados Unidos. Y es que, como si fuera una película de terror, cientos de sujetos disfrazados de payasos diabólicos se han tomado las calles de diversos barrios residenciales norteamericanos, a todas horas del día, asustando a los residentes sin ninguna explicación, y algunos armados con cuchillos, hachas y motosierras.
El fenómeno, que fue reportado por primera vez este año el 21 de agosto, se ha masificado en los últimos meses, siendo cada vez más los reportes que llegan a la policía, de extraños sujetos vestidos de payasos diabólicos, deambulando por las calles, y cerca de zonas con bosques. Algunos en grupos numerosos y acechando casas.
Y lo más curioso, es que, aunque algunos han sido capturados por las autoridades, todavía no hay una explicación, ni se sabe a qué se debe esta "tendencia". Y es por esto, que quienes ven a estos payasos, en vez de responder con ataques, prefieron huir.
Usuarios en redes sociales han grabado a cientos de payasos deambulando, y en vez de acercarse o atacarlos, simplemente sienten miedo y salen huyendo, una vez que el payaso comienza a caminar hacia ellos. Otros, menos valientes aún, sólo han tomado fotos a distancia, temiendo también algún ataque, pero todos con la misma historia: "Antes de acercarme, decidí salir corriendo, aterrorizado".
Una moda que ya había aparecido antes en el país del norte, en 1981, cuando payasos "siniestros" fueron vistos en Boston y diversas zonas de New England, acosando a pequeños niños, pero que nunca fueron vistos por adultos. Los sujetos atraían a los niños con dulces, y los incitaban a subir a camionetas misteriosas. Los "payasos fantasmas", como fueron bautizados en aquel entonces, fueron después avistados en Kansas, Denver, Omaha y Pennsylvania.
El caso más sangriento, fue en 1980, cuando el asesino en serie John Wayne Gacy, salía a las calles personificando a "Pogo", un payaso diabólico que, de esa forma, seleccionaba a sus víctimas.
Hecho que, aunque de momento está aislado, no deja de saltar en las mentes de las autoridades y sicólogos, que ante la masividad que están teniendo estos avistamientos, están repletando las portadas de los medios haciendo un llamado a la cautela. "Estos fenómenos jamás terminan bien", aseguran.