Desde el lunes en Thompson Chemists, una farmacia ubicada en el sector de Soho en Nueva York, se leen dos mensajes. Un cartel en rosado, dice: “a todas las mujeres que compren aquí, no se les aplicará impuesto”; mientras otro letrero en celeste anunciaba “todos los clientes hombres pagarán un 7% de impuesto”.
Esta medida fue tomada por la dueña Jolie Alone, quien busca visibilizar una de las tantas formas de desigualdad de género. Y es que en términos económicos, no solo las mujeres ganan menos que los hombre cuando tienen los mismos cargos, si no que también deben pagar más por ciertos productos.
De acuerdo con un estudio del Departamento de Asuntos del Consumidor de Nueva York, los productos para mujeres cuestan, en promedio, un 7 por ciento más que los de hombre. Esta brecha entre géneros se hace aún más grande cuando se trata de ropa y productos de higiene.
“Queremos que la gente sepa cómo es ser mujer, para que por fin los hombres puedan entenderlo” explicó la dueña del local. Quien no se arrepiente de la medida a pesar que mucha gente la ha tildado de sexista.