Con una cruz marquen las situaciones que más los identifiquen y con este test podrás saber si tu relación está en peligro:
1. La mayoría de nuestras conversaciones son sobre temáticas mundanas, como a qué hora regresa, qué vamos a comer, o si pagó la cuenta de la luz.
Sí
A veces
No me identifico
2. Cuando hablamos, generalmente discutimos y nos hacemos reproches.
Sí
A veces
No me identifico
3. No tengo muchos temas de conversación interesantes con mi pareja.
Sí
A veces
No me identifico
4. Las discusiones fuertes son las emociones más intensas que comparto con mi pareja.
Sí
A veces
No me identifico
5. Me suelo referir a mi pareja con expresiones como “éste”, “ésta”, “no sabés cómo molesta”, “no sabés cómo es”.
Sí
A veces
No me identifico
6. Me critica todo el tiempo, en público y en privado.
Sí
A veces
No me identifico
7. Ya no me arreglo como antes y la mayor parte de mi ropa interior es “cómoda”.
Sí
A veces
No me identifico
8. Me visto más para mis amigas que para mi pareja.
Sí
A veces
No me identifico
9. Se arregla más para salir con sus amigas/os que para estar conmigo.
Sí
A veces
No me identifico
10. Mi pareja ya no es detallista conmigo.
Sí
A veces
No me identifico
11. No me provoca tener detalles con mi pareja.
Sí
A veces
No me identifico
12. Ya casi no tenemos salidas de a dos.
Sí
A veces
No me identifico
13. Prefiero salir con amigos que con mi pareja a solas.
Sí
A veces
No me identifico
14. Hace mucho que no me río con mi él/ella.
Sí
A veces
No me identifico
15. Cada uno tiene muchas actividades y no nos permiten pasar mucho tiempo juntos.
Sí
A veces
No me identifico
16. Dormimos distanciados físicamente.
Sí
A veces
No me identifico
17. Dejamos de besarnos.
Sí
A veces
No me identifico
18. Ya no nos acariciamos cariñosamente.
Sí
A veces
No me identifico
19. ¿El juego previo? Ya ni recuerdo de qué se trata.
Sí
A veces
No me identifico
20. El sexo con mi pareja no es malo, pero siempre es más de lo mismo.
Sí
A veces
No me identifico
21. Prefiero ver televisión, estar en la computadora, hablar por teléfono, trabajar… A tener sexo.
Sí
A veces
No me identifico
22. El sexo con mi pareja es aburrido.
Sí
A veces
No me identifico
23. Él/ella prefiere ver televisión, estar en la computadora, hablar por teléfono, trabajar… A tener sexo conmigo.
Sí
A veces
No me identifico
24. Las fantasías sexuales no me llevan a tener deseos de estar con mi pareja. [Aclaración: aquí no te pregunto si tienes fantasías sexuales con tu pareja; sino si tus fantasías (sean o no con tu compañero/a) te motivan a estar íntimamente con él/ella.]
Sí
A veces
No me identifico
25. Tengo sexo para lograr cosas (que me dé más dinero, que no se enoje cuando salgo, que haga tareas en el hogar, que no me reproche mis llegadas tarde, etcétera).
Sí
A veces
No me identifico
26. Pienso que cuando tengamos hijos vamos a sentirnos más unidos.
Sí
A veces
No me identifico
¿Ya terminaste de hacer el test?
* ¿Prácticamente no te identificas con estas afirmaciones? ¡Maravilloso, porque significa que tu relación está bastante saludable!
* ¿Tienes varias cruces en “A veces”? Debés prestar mucha atención, porque es probable que si aún no estás en crisis, esté a la vuelta de la esquina.
* Si te has identificado con muchas de las situaciones de alarma, lo primero que quiero hacer es… ¡Felicitarte! ¿Por qué? Porque has tenido la valentía de sincerarte con vos mismo. Tu pareja evidentemente está en problemas, pero diste el primer paso para resolverlos, que es reconocerlo.
* Como habrán notado, las afirmaciones tocan las áreas de diálogo, seducción, tiempo compartido, comunicación afectiva y sexo. Las continuas peleas, la falta de seducción, dejar de priorizar al otro y compartir tiempo de a dos, la escasez o la ausencia de gestos amorosos generalmente resultan en una desconexión sexual y viceversa.
* La última afirmación que se refiere a la decisión de tener hijos es lo que yo llamo “el manotazo de ahogado”. ¡Es una señal de alerta máxima! Muchas parejas piensan en ser padres justo en los momentos de mayor conflicto, en el afán de buscar algo en común. Pero no pueden construir sobre un tercero, un bebé los puede distraer de sus problemas por un tiempito, pero la crisis queda ahí latente y profundizándose. Los niños requieren de mucha dedicación, esfuerzo y sacrificios. Es decir que ahora las condiciones serán más difíciles para resolver el conflicto que cuando estaban ustedes dos solos.
* Empieza la convivencia con mucha comunicación. ¡Lo que no hables hoy será el gran conflicto de mañana!
Del libro “Juntos y revueltos, ¿para siempre? Cómo crecer y divertirnos en pareja” (editorial Sudamericana), de Alessandra Rampolla. Ella es sexóloga clínica certificada, autora de varios best sellers y estrella de televisión.
Vía El Clarín.