Los economistas Hirosghi Yoshida y Masahiro Ishigaki crearon un reloj digital en que estimaron el día en que los japoneses van a desaparecer. Los cálculos indican que la extinción sería el 16 de agosto del 3766.
¿La razón? Los creadores del reloj digital cruzaron los datos de la tasa de natalidad con la tasa de fertilidad del país. La población de la Isla es la más envejecida del mundo y la tasa de natalidad sigue en descenso.
Según sus pronósticos revertir la situación va a ser muy difícil, ya que los jóvenes cada vez tienen menos ganas de formar familia y ni siquiera les llama la atención el sexo. Tener encuentros sexuales está lejos de ser prioridad para los jóvenes nipones: que centran su atención en la independencia. Además creen que la soltería es una garantía de felicidad y una relación amorosa sólo provoca problemas.
Pero no sólo se trata de una decisión propia, el estilo de vida agitado que llevan -pueden llegar a trabajar 60 horas a la semana- no les permite mantener relaciones de pareja.
La Asociación Japonesa de Planificación Familiar realizó una encuesta a personas entre 18 y 49 años, en la que el 49,3% dijo que no había tenido sexo en el último mes. Tanto hombres como mujeres atribuyeron la falta de deseo sexual al desbalance entre su vida laboral y su vida privada.
El gobierno ha tratado de revertir la situación con incentivos fiscales a parejas casadas y ampliando los servicios de cuidado de niños con el fin de motivar la familia, pero ninguna de las medidas ha sido efectiva. Si la tendencia continúa, quizás el reloj digital de Hirosghi Yoshida y Masahiro Ishigaki tenga la razón.