Esta semana saldrá a la venta la nueva biografía de Gustavo Cerati, escrita por el periodista Juan Morris. A sólo días de una nueva conmemoración del nacimiento del músico argentino, el Diario El Clarín publicó un adelanto de este texto.
El relato es impactante, Morris, cuenta las últimas horas antes del ACV: el momento en que Gustavo Cerati se empieza a sentir mal luego de un show en Caracas, la preocupación de sus amigos y colegas, la hospitalización y todo el drama de un diagnóstico que no se detectó a tiempo.
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Afuera del camarín general estaba lleno de gente y Taverna encontró al resto de la banda organizando la foto grupal que sacaban cuando terminaban algún tramo de la gira. Fernando Samalea, el baterista, estaba trepado a una silla de plástico, acomodando la cámara arriba de un mueble para que disparara en automático. Mientras se amontonaban según las indicaciones de Samalea, se dieron cuenta de que faltaba Gustavo y alguien le gritó que fuera, que sólo faltaba él.
Gustavo apareció a último momento y se paró atrás de Taverna. El primer disparo de la cámara salió sin flash, así que Samalea pidió que nadie se moviera y se volvió a subir a la silla para reprogramarla. Taverna se dio vuelta para decirle algo a Gustavo y lo vio pálido, con los ojos desorbitados.
–¿Te sentís bien? –le preguntó.
Gustavo abrió la boca para contestarle, pero no acertó a decirle nada. Fue como si los músculos de su mandíbula no encontraran las palabras. Entonces la cámara disparó su flash y todo el equipo quedó registrado en la última foto de la gira. A su alrededor el grupo se empezó dispersar y Gustavo caminó confundido hacia su camarín.
Esto es parte del libro, revisa el artículo en El Clarín.