La investigación realizada por el Penn State College Of Medicine de Estado Unidos, arrojó que las mujeres que se deshicieron de esos “kilos de más” incrementaron su apetito sexual en un 55%.
Durante 2 años se realizó un seguimiento a 29 mujeres con obesidad mórbida, las que fueron operadas y sometidas a un tratamiento para bajar de peso. Todas mostraron un incremento en su apetito sexual, lo que hizo que la frecuencia en su actividad sexual aumentara.
Según los médicos a cargo del estudio, esto también podría tener repercusión en una mayor posibilidad de fecundación, los especialistas comentaron que “la grasa abdominal se asocia con una mala respuesta a la inducción de la ovulación y con la disminución de las tasas de embarazo”.